¿Te levantas cada mañana como si te hubiera pasado un tren por encima? ¿das vueltas y vueltas por las noches sin encontrar una posición cómoda? ¿sudas como después de haber corrido una maratón? Son signos inequívocos de que necesitas cambiar tu viejo colchón, y comprar uno que se adapte a la perfección a tu forma de dormir. Al fin y al cabo, pasamos de media unas siete horas diarias tumbados en el colchón, más que en cualquier otro lugar de la casa, por lo que se trata de una decisión trascendental de la que dependerá tu descanso diario y tu propia salud. En este artículo te damos algunas claves imprescindibles a la hora de elegir el colchón ideal, tanto si quieres cambiar el antiguo como si te mudas a un nuevo hogar y busca la mejor opción.
Cosas a tener en cuenta antes de elegir tu colchón ideal
Como decía el filósofo, ¡conócete a ti mismo! O más concretamente, conoce tu forma de dormir. Y es que cada persona tiene unas necesidades que dependen de si comparte o no cama, si es calurosa, si duerme boca arriba o boca abajo… Atentos a estos factores que te ayudarán a perfilar el tipo de colchón que más se ajusta a tus necesidades.
- ¿Solo o acompañado? No es que seamos muy cotillas, simplemente es un aspecto clave para elegir el colchón, sobre todo si no quieres que el movimiento de la otra persona te despierte durante la noche. Para evitarlo, el colchón debe mantener cierta independencia en cada lado, para lo que el grado de firmeza es fundamental.
- La temperatura importa. Hay personas que siempre tienen calor, que sudan con facilidad, que parecen tener uno o dos grados más de temperatura corporal que el resto de los mortales. Se trata de no echar más leña al fuego. Es decir, que el colchón no acumule el calor, sino que lo libere. Los colchones viscoelásticos y de látex suelen ser menos transpirables que los de muelles, aunque cada vez son más los modelos que incorporan materiales que aportan frescor al colchón.
- El kamasutra del colchón. Existen una enorme variedad de posturas a la hora de dormir. Y de ellas dependen la elección de uno u otro colchón, siendo imprescindible que en todas se garantice un apoyo adecuado.
- Del duro y del blando. Para todos los gustos. Hay quien prefiere los sofás blandos, de esos que te abrazan, y hay quienes optan por colchones extremadamente firmes. La cuestión es que, dentro de las preferencias de cada uno, el colchón ofrezca un apoyo correcto, distribuyendo los puntos de presión que redunde en el máximo descanso.
Tipos de colchones
Afortunadamente, cada vez son más las opciones de colchones disponibles en el mercado, ajustándose así a todo tipo de personas. Estos son los tres grandes grupos:
- Viscoelásticos. Han llegado para quedarse. Gracias a la combinación de materiales ofrecen una excelente firmeza y adaptabilidad, convirtiéndose en una opción muy interesante para aquellas personas que necesiten una superficie de apoyo estable y confortable. Se trata también de un tipo de colchón que absorbe los golpes y el movimiento, siendo ideal para mantener la independencia de lechos. En contrapartida, son colchones de un precio elevados y tienden a acumular más el calor, aunque ya algunos modelos cuentan con tecnologías muy avanzadas que propician una correcta transpiración.
- Látex. Este tipo de colchones también están fabricados con materiales sintéticos de gran elasticidad, lo cual redunda en su capacidad de adaptabilidad del colchón a nuestro cuerpo. Dormir en un colchón de látex es extremadamente cómodo, sin embargo es preciso ventilar cada cierto tiempo, ya que puede acumular humedad y calor. Son, además, colchones con una gran durabilidad, pudiendo sobrepasar con creces los diez años en perfectas condiciones.
- Muelles. A pesar de ser la opción más tradicional, los avances tecnológicos en el sector del descanso también se han aplicado a los colchones de muelles, ofreciendo opciones muy interesantes. Suelen ser colchones más ligeros que el resto, con precios también más económicos, aunque su vida útil es a ser menor dada su tendencia a deformarse.
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