Cuando quieres comprar un nuevo sofá e investigas las diferentes tapicerías con las que puedes revestirlo, puede que te surja una duda muy común: ¿cuál es la diferencia entre un sofá de piel y uno de polipiel?
Estos dos tipos de materiales son unos de los más demandados debido al estilo tan elegante que aportan a un sofá. Además, ayudan a dar coherencia al diseño del salón sobretodo si otros elementos de la decoración son de un material similar a la piel o la polipiel.
Visualmente, son muy similares. Por lo que si deseas saber la diferencia entre estos dos tipos de materiales, deberás seguir los pasos que te vamos a indicar a continuación.
¿Cómo diferenciar la piel de la polipiel?
La principal diferencia entre un sofá de piel y uno de polipiel es que el primero está fabricado con piel totalmente natural proveniente de un animal. Por el contrario, la polipiel es un material sintético trabajado de tal manera que ofrece una imitación casi perfecta a la piel.
Normalmente, los sofás de piel son más populares ya que su tacto es suave y su acabado es resistente e impermeable. Esto último es importante si hay niños en casa ya que, si estos ensucian o derraman algún líquido sobre el sofá, se podrá limpiar fácilmente.
En esta línea, un sofá de polipiel, al no ser un material natural, es más delicado, y habrá que estar pendiente de que no se manche o de que no se ralle. Con cualquier rasguño o rastro de suciedad, su tapicería se puede estropear.
A pesar de estas diferencias, estos dos tipos de sofás se pueden confundir fácilmente a la vista, por lo que te recomendamos que si quieres saber si el sofá que vas a adquirir o que tienes ya en casa es de un material o de otro, sigas nuestras indicaciones:
Tócalo y para comprobar su textura
Los sofás de piel tienen una textura homogénea y su tacto es suave. Su color es completamente uniforme sin ninguna imperfección.
Por el contrario, los sofás de polipiel suelen tener algunas zonas irregulares en las que se pueden observar pequeños poros, asperezas o algunas partes en las que el color no está igualado.
¿Cómo huele tu sofá?
Como todos sabemos, el olor del cuero es inconfundible. Por lo que una de las diferencias claves entre ambos materiales es el olor. Aún así, los sofás de piel al haber sido mínimamente tratados, han perdido parte de su olor. Por lo que si te decantas por tener un sofá de piel en casa, no notarás su fragancia.
Por otro lado, un sofá de polipiel no tiene olor. Al ser un material sintético, su olor es neutral.
¿Cómo es la superficie?
Otra de las pruebas infalibles para averiguar el material del sofá es observar su superficie. Por ejemplo, si apoyas tu mano sobre un sofá de polipiel, su superficie se hundirá y quedará algo deformada por unos minutos.
Si haces esta misma acción, en un sofá de piel, este no se deformará sino que mantendrá en todo momento su forma original ya que está realizado con un material muy resistente.
A la larga, agradecerás que tu sofá no se deforme ya que así evitarás que este tenga zonas más hundidas que otras.¿Cuál es su precio?
El precio de un sofá de piel o de polipiel es otra de las diferencias. Un sofá de piel suele ser más caro, ya que su material es natural y ha tenido que pasar por diferentes procedimientos y tratados hasta haber obtenido la forma de tapicería. A pesar de que su precio es mayor, a la larga lo agradecerás, ya que este tipo de tapicería destaca por su gran durabilidad.
El precio de un sofá de polipiel es más económico, pero al no tener la misma calidad que uno de piel, puede estropearse con el paso de los años.
¿Cómo tienes que limpiarlos?
Los sofás de piel necesitan una limpieza diaria y que tras esta, apliques crema hidratante para que tu sofá permanezca suave y protegido. Realizando esta rutina, conseguirás que tu sofá de piel luzca como nuevo.
Sin embargo, los sofás de polipiel pueden pasar mucho más tiempo sin ser higienizados. No es necesario realizarles una limpieza diaria.
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